El ministerio ruso de Defensa reportó “avances significativos” el sábado y el domingo en Kursk, región rusa donde –entre el 2 y el 9 de marzo– el territorio bajo control ucranio se redujo de 407 a 289 kilómetros cuadrados; en otras palabras, aún mantienen menos de un tercio del área que llegaron a ocupar a partir de su sorpresiva incursión en agosto del año pasado, de acuerdo con datos oficiales rusos.
Desde diciembre pasado, la ofensiva rusa en Donietsk empezó a perder fuerza, sin poder conseguir el que era el principal objetivo de su ofensiva, la caída de Pokrovsk, obstáculo hasta ahora insalvable en la ruta hacia el gran conglomerado urbano de Kramatorsk-Sloviansk, una de las zonas industriales mejor protegidas por el ejército ucranio.
En lo que va de año, después de los contraataques ucranios que obligaron a perder terreno a los rusos en Toretsk y Kupiansk en la región de Donietsk, con base en los datos de los proyectos que analizan imágenes de inteligencia abiertas como el ucranio Deep State, todo indica que el Estado Mayor del ejército ruso ordenó trasladar parte de las tropas del frente de Donietsk al de Kursk.
Se comenta que ese cambio de acento en la estrategia bélica se debe a la orden del Kremlin de expulsar a los soldados ucranios de su territorio antes del 9 de mayo, una fecha de gran simbolismo para los rusos por conmemorarse 80 años de la victoria sobre el nazismo en la Segunda Guerra Mundial, y –de no lograrse– al menos quitar a Kiev la carta de un posible intercambio de territorios antes de un eventual comienzo de negociaciones con Ucrania.
El pasado fin de semana –ya con una correlación de fuerzas de 10 mil ucranios frente a 50 mil rusos, según la prensa ucrania– el ministerio ruso de Defensa informó de la recuperación de cuatro localidades, entre otras, Lebedka, a siete kilómetros de la ciudad de Sudzha, lo cual hizo que este lunes el vocero del Kremlin, Dimitri Peskov, se mostrara optimista respecto a la “inevitable expulsión de los ocupantes ucranios” del territorio de Rusia.
“Desde luego, no hay plazos. Nuestros militares hacen todo lo posible por limpiar cuanto antes nuestra tierra y no dudamos de que así será”, señaló Peskov en su rueda de prensa diaria.
Por su parte, el comandante en jefe del ejército ucranio, Oleksander Syrskyi, negó este lunes que sus tropas en Kursk estén en riesgo de ser rodeadas, pero dio a entender que ahí se ven obligadas a replegarse.
“Hasta el momento no existe el peligro de quedar cercados. Nuestros soldados aplican medidas oportunas para situarse en posiciones de defensa más favorables”, escribió el general ucranio en sus redes sociales, tras informar que dio instrucciones de reforzar a las unidades en Kursk.
Syrskyi puso en entredicho la importancia de la toma de varias localidades en Kursk por las tropas rusas al precisar que “prácticamente no existen, arrasadas por la artillería enemigas”, sin precisar a qué lugares se refería.
La prensa ucrania siguió comentando el fallido intento de cerca de varas decenas de efectivos de las unidades especiales rusas que intentaron penetrar a la retaguardia ucrania en Sudzha a través de un gasoducto abandonado y terminaron su misión antes de iniciarla: apenas salieron a la superficie y bajo un fuego intenso de artillería y drones.
No se sabe si los ucranios se enteraron del plan a través de un espía suyo del otro lado de las trincheras o a que se detectó a los soldados moviéndose dentro del gasoducto gracias a los servicios secretos de Estados Unidos que, como reconoció este lunes su presidente, Donald Trump, “ya casi” restableció el suministro de información de inteligencia a Ucrania.
Steve Witkoff, enviado presidencial para Medio Oriente y también miembro del equipo estadunidense que viajará a Yeda, precisó a la cadena de televisión Fox que “EU no suspendió la entrega de información de inteligencia a Ucrania para ciertos fines defensivos”.
De unos días para acá, Mikola Bieleskov y otros analistas militares tanto de Ucrania como de Rusia, consideran que la situación de las unidades ucranias que *permanecen en Kursk se hizo crítica ante los intentos del ejército ruso de cortar la vía de suministro logístico a las tropas ucranias, en particular la carretera que une territorio ucranio con Sudzha y que se encuentra bajo constante fuego de artillería.
“La situación (en Kursk) es muy difícil y podría convertirse en desastre si no actuamos con urgencia para despejar las rutas logísticas”, admitió Bohdan Myroshnykov, bloguero ucranio, en tanto el experto ruso Nikolai Mitrojin, desde su exilio en Alemania, califica de error mantener las tropas ucranias en Kursk y opina que lo más razonable sería reubicarlas en suelo ucranio.